Dawn Sanchez se metió en el coche de su novio Bernard Bass por última vez en el año 1991. Al parecer, tuvieron una discusión muy fuerte y, según algunos testigos su novio la disparó en medio de un descampado. El problema era que no había ninguna prueba que apoyara esta afirmación: no aparecía el cuerpo, ni el coche ni la pistola usada. Nada. ¿El crimen perfecto? Sin duda fue un caso difícil.

Utilizaron el Senseta MAX 5.0A un robot de la NASA para que analizara el entorno magnético del terreno sospechoso de albergar el coche, por lo que tras analizar los datos obtenidos por el robot, obtuvieron una serie de posibles zonas donde podrían estar las piezas del coche. Tras las excavaciones aparecieron las piezas de un coche que coincidían con las del presunto asesino. De esta forma, con esta evidencia, Bernard fue detenido y condenado a 6 años de cárcel por homicidio

Fuente: gizmodo.es