Uno de los mercados con un mayor crecimiento y expansión es el de los smartphones, pero no solo en cuanto a la venta de hardware, pues se han convertido en toda una alternativa a las consolas portátiles al uso, pues los smartphones actuales tienen la potencia suficiente para ofrecer juegos de buena calidad.

Uno de los culpables de que esto sea así es Apple con su iPhone, un dispositivo pionero en su día con el que lograron obtener una buena base de juegos a precios muy inferiores a los del mercado actual. Y el tiempo hizo el resto, pues juegos como Angry Birds lograron éxitos sin precedentes en el mercado de videojuegos móviles, tanto que hasta las compañías más grandes se plantean realizar una incursión para esta plataforma.

Los inversores de Nintendo parece que están al tanto de esto mismo, pues estarían presionando a la compañía nipona para que cambien su filosofía de mercado y planeen una inmersión en el mercado de juegos para iPhone. Pues plantean que el lanzamiento de juegos como Super Mario o Zelda podría traer innumerables beneficios a la compañía tras el traspiés que está sufriendo en los últimos días con las bajas ventas de Nintendo 3DS y la forzosa rebaja de 80€ que han realizado.

Si bien es cierto que podría ser una buena oportunidad para que Nintendo expandiese sus juegos y lograra por ello mayores beneficios en un mercado en el que no hacen falta grandes inversiones como el de iPhone, lo cierto es que podría traer algunas malas consecuencias.

La primera y más importante sería la devaluación de sus plataformas de hardware, pues los juegos de Nintendo ya no serían exclusivos y perdería razones de venta en cuanto a consolas se refiere, pues se podría seguir jugando a sus franquicias en otras consolas. El otro aspecto negativo sería la pérdida de confianza en el usuario, pues es de esperar que no sentara bien en los seguidores más acérrimos de Nintendo, compañía a la cual se le adhieren unos valores morales que se verían quebrantados de lanzar juegos para otras plataformas, lo que sin duda perjudicaría de muy mala forma a la compañía nipona.