Sobre la base de su solución Internet Security 2011, Pure ofrece todo lo necesario para hacer que nuestro ordenador funcione con fluidez y los mínimos riesgos para el usuario y sus datos. De este modo, el motor antivirus y el antispam corren a cargo de sus populares productos, pero tampoco se olvida de los apartados como el de las comunicaciones y la privacidad.

Kaspersky Pure

En concreto hablan de identidad digital como un elemento clave que es susceptible de ser protegido. En este apartado se incluyen aspectos como las contraseñas, el antipishing o el teclado virtual. La gestión de archivos es otra de las habilidades implementadas, con utilidades para realizar copias de seguridad y el borrado seguro e irrecuperable de archivos. La parte dedicada a la optimización del sistema aborda tareas básicas, como los ajustes del navegador o el borrado de información  relacionada con la privacidad, como los temporales. También contempla la creación de un disco de rescate del sistema cuando la situación sea irreversible.

La instalación se realiza en muy poco tiempo y se agradece que no haya que pasar por listas interminables de opciones para la puesta a punto. Eso sí, tras la instalación habrá que repasar cada apartado para adaptar las opciones a cada caso particular. El control parental es relevante en el caso de que haya niños o adolescentes en casa, pues habrá que definir las reglas y los filtros de privacidad óptimos.

Otro apartado que requiere de ciertas habilidades informáticas es la configuración de control remoto de otros equipos con Pure que estén en la red. De momento, se pueden comunicar con ellos para realizar las tareas de mantenimiento y configuración desde una única consola central.

Kaspersky Pure, por otro lado, se integra a la perfección con Windows 7, reemplazando los servicios y aplicaciones de seguridad que antes de instalar Pure corrían a cargo de herramientas de Microsoft o de terceras partes. En cuanto al cifrado, el proceso es muy fácil de completar tras pasar por el asistente correspondiente y básicamente consiste en localizar una ubicación en las unidades de almacenamiento locales o en red y definir qué se debe guardar y qué no.